Libertad, Protección e Intervención.

 

Hendrik Vaneeckhaute

 

Libertad, exigen las multinacionales, para invertir en aquellos estados dónde la libertad está suspendida.
Protección, exigen las multinacionales, para mantener sus monopolios a través de las patentes.
Libertad, exigen las multinacionales, para destruir el medio ambiente dónde viven los pueblos que han sostenido durante miles de años esa naturaleza.
Protección, exigen los dueños del capital, para mantener su dinero en cuentas secretas y paraísos fiscales.

Libertad, exigen las multinacionales, para transportar sus mercancías a través de fronteras cerradas para las personas.
Intervención, exigen las multinacionales, para proteger la caída de sus acciones en las bolsas.
Libertad, exigen las multinacionales, para producir en aquellos estados dónde la explotación laboral significa esclavitud para millones de niñas y mujeres.
Protección, exigen los estados ricos, para aquellos sectores que no son competitivos en el tan adorado libre mercado.
Libertad, exigen las multinacionales, para producir en las maquiladoras dónde la libre sindicalización está prohibida.
Intervención, exigen los bancos, para proteger los beneficios del sistema financiero.
Libertad, exigen las multinacionales, para llevarse los beneficios producidos por la gente que sólo se lleva la miseria.
Protección, exigen los dueños, cuando se reúnen para acordar estrategias, hacer acuerdos y elaborar las políticas necesarias para mantener sus beneficios.
Libertad, exigen las multinacionales, para retirar sus inversiones cuando un gobierno intenta proteger la dignidad de las personas.
Intervención, exigen las multinacionales, cuando un estado reclama el derecho a la seguridad alimentaria.
Libertad, exigen las multinacionales, para engañar y mentir a través de sus campañas publicitarias de adoctrinamiento que crean adicción al consumo.
Protección, exigen los estados ricos, contra los empobrecidos que quieren conocer a los que consumen toda la riqueza de la planeta.
Libertad, exigen los dueños del capital, para arruinar estados enteros a través de la especulación monetaria.