Empresas multinacionales hacen de la guerra un buen negocio.

La guerra, otro negocio mortal del libre mercado capitalista.

Hendrik Vaneeckhaute
Actualizado julio 2005

En estos meses se ha escrito mucho sobre las guerras y los intereses detrás. Materia prima (petróleo - Irak, diamantes - Angola, coltán - Congo), los intereses de las multinacionales armamentistas, la dominación del dólar frente al euro, el negocio de la reconstrucción, etc. Hasta intereses geopolíticas, como por ejemplo rodear militarmente a China (con bases estadounidenses en Afganistán, Iraq, Corea del Sur y las nuevas repúblicas de la antigua Asia Central Soviética) para controlar su crecimiento económico y abastecimiento.

Poca atención recibió la guerra como negocio en sí: las empresas multinacionales que hacen de la guerra su negocio. En el actual campo de la guerra combaten mercenarios de todo tipo, de ‘simples’ combatientes (contratados en los estados empobrecidos), hasta experimentados veteranos, verdaderas ‘máquinas de guerra’. Empresas dirigidas por ex-generales y anteriores altos cargos políticos, vestidos en elegantes trajes que viajen en ‘Business-class’ y se alojan en las suites más exclusivas.

Estas empresas de mercenarios son contratadas y utilizadas por las multinacionales para proteger sus intereses económicos (sobre todo instalaciones de petróleo y minas de oro y diamantes) y por estados criminales para evitar la implicación directa sus militares oficiales. De esta forma logran ocultar su implicación directa en diferentes guerras sucias y evitar ser considerados como responsables directos. También se evitan controles parlamentarios o limites presupuestarios, como es el caso con EEUU.

Según ‘Fortune Magazine’ las empresas de ‘seguridad militar’ (con sede en el Reino Unido o Estados Unidos) pertenecen al grupo de las 100 empresas con mayor crecimiento. Se estima que el negocio en todo el mundo es de 100.000 millones de dólares anualmente.

Unos ejemplos.

MPRI, Military Professional Resources Incorporation, ‘trabaja’ o ‘trabajó’ (entrena militares, hace inteligencia con alta tecnología y participa en combates) en Colombia,  Croacia, Bosnia, Congo, Nigeria y Guinea Ecuatorial (entre otros estados). La empresa es dirigida principalmente por ex-generales del ejército estadounidense. En Croacia, por ejemplo, entrenó al nuevo ejército en 1994, por petición y bajo contratación del ministerio de defensa de EEUU. Meses después, el ejército croata invadió (con conocimiento previo del gobierno de EEUU) las ‘zonas de seguridad de NNUU’ en Krajina y efectuó la limpieza étnica de la zona. (Unos 200.000 servios fueron desplazados y centenares asesinados). La impunidad (y el silencio mediático) con la cual se ‘limpió étnicamente’ esta zona bajo control de los ‘Cascos Azules’ de NNUU (y con el silencio cómplice de Europa y EEUU), dio paso al ejército serbio de hacer lo mismo en Srebrenica.

Dyncorp, una empresa con sede en EEUU (aunque a veces se presenta como empresa británica), es una de las mayores y más antiguas. La empresa fue creada en 1946, bajo nombre 'California Easter Airways Inc.' y desde 1987 lleva su nombre actual. Prestó sus 'servicios' en la guerra de Corea, en Vietnam, en la guerra del Golfo (1991), en la guerra contrainsurgente en El Salvador, en Bosnia y actualmente por ejemplo en Colombia y Irak. Los ingresos de DynCorp superan los mil millones de dólares. En 1999, empleados de DynCorp en Bosnia fueron acusados de comprar y traficar niñas, para utilizarlas como esclavas sexuales. Y en Colombia (en el 2000) estaba involucrado en el tráfico de heroína.

Colombia es uno de los estados de mayor negocio de guerra. Dentro del llamado ‘Plan Colombia’, diferentes empresas estadounidenses de mercenarios forman parte de los múltiples ‘ejércitos’. Los paramilitares (que a su vez representan diferentes intereses regionales), el ejército colombiano, los entrenadores oficiales del ejército estadounidense, la CIA y las diferentes multinacionales se combinan en la medida que conviene en las diferentes guerras que se liberan. Una contra la guerrilla, otra contra la población campesina en zonas de interés económico, otra contra el movimiento social y sindical y otra contra la oposición política. Las diferentes empresas estadounidenses, bajo contrato del gobierno estadounidense, prestan su ‘apoyo’ militar a través de un número no-determinado de mercenarios utilizando el más sofisticado material. (En el 2002, casi la mitad de los fondos destinados al Plan Colombia, en realidad fueron utilizados para la contratación de estas empresas.) Fueron mercenarios estadounidenses (entre ellos al menos un militar en activo) que guiaron al helicóptero colombiano que dejó caer las bombas sobre Santo Domingo, causando una masacre de 18 personas, ente ellas 7 niños. Fue una empresa privada británica, contratada por BP, que se sirvió del apoyo de paramilitares para asegurar la ‘seguridad’ de la empresa. Son empresas estadounidenses con personal ‘militar’ que fumigan con glifosato, causando enfermedades diversas (hasta la muerte) en la población rural y el desplazamiento masivo de campesinos.

‘Executive Outcome’, es otra empresa de ‘seguridad’ militar. Nació después de la caída del régimen de Apartheid en Sudáfrica. Ex-militares formaron un ejército privado al servicio de las multinacionales. Protegieron, por ejemplo, las minas de diamantes y campos de petróleo en Angola en los años ’90. Llegaron a ser activos en más de 30 estados. Cuando la empresa fue prohibida en Sudáfrica, simplemente se trasladó a Gran Bretaña, donde goza de buena salud e impunidad.

Tratado Internacional.

Desde diciembre 1989 existe una convención internacional de NNUU ‘CONTRA EL RECLUTAMIENTO, LA UTILIZACIÓN, LA FINANCIACIÓN Y EL ENTRENAMIENTO DE MERCENARIOS’. Entró en vigor en octubre 2001. Los firmantes son sobre todo estados llamados ‘subdesarrollados’. Los estados criminales participantes en la última invasión y ocupación de Iraq,  EEUU, el Reino Unido, Australia y el Estado Español no lo firmaron. De los miembros de la Unión Europea (supuestos defensores de los ‘altos valores’), sólo han ratificado el tratado (hasta diciembre 2004) Bélgica, Chipre e Italia. Alemania y Polonia lo han firmado, pero no ratificado.

En el ‘Informe sobre la cuestión de la utilización de mercenarios como medio de violar los derechos humanos y de obstaculizar el derecho de los pueblos a la libre determinación’, presentado por el Relator Especial de NNUU, Enrique Bernales Ballesteros, el autor dice: “Naturalmente, los mercenarios suelen estar involucrados en los conflictos armados y son especialmente activos en los tráficos ilícitos. (...) En este sentido, el negocio de los diamantes aparece en forma recurrente en conflictos como los de Sierra Leona, Liberia o el que continúa teniendo lugar en Angola. Así por ejemplo, se estima que la fuerza rebelde angoleña UNITA, obtiene entre 3,000 y 4,000 millones de dólares de los Estados Unidos por año, provenientes del tráfico ilegal de diamantes. ¿Qué hace con esto dinero? Pues compra armas, refuerza sus unidades armadas y, por cierto, contrata mercenarios.”

Según el tratado anteriormente mencionado, tanto los combatientes y asesores, como los dirigentes de estas empresas de ‘seguridad’ (militar) y aquellos que los contratan, son considerados como criminales, o delincuentes, y no es aplicable el estatus de ‘prisionero de guerra’ en caso de captura. Las actividades de la CIA en contra de los gobiernos que no les gusten al régimen de turno en EEUU, se pueden interpretar como actividades de mercenarios y por lo tanto criminales.

Este tratado internacional, basado en los principios básicos de los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario, en realidad, no tiene mucho futuro. La privatización de los ejércitos, sólo es un paso más dentro de la lógica del libre mercado capitalista. La búsqueda de la maximización del beneficio financiero personal se va expandiendo a todos los ámbitos y actividades humanas. La educación, la salud, la espiritualidad, el cuidado de los patriarcas y de los niños, todo se convierte en un negocio. ¿Y por qué no la guerra? La seguridad ciudadana, la tarea  de la policía, ya está en plena privatización. Son empresas privadas que vigilan la seguridad de los edificios públicos, de los barios residenciales, del transporte público, etc. En Iraq son empresas privadas que montan y mantienen las bases militares estadounidenses, como igual son empresas privadas que se ocupan de los campos de concentración donde miles de iraquíes están encerrados en condiciones infrahumanas. Y en el fondo,  ¿no podríamos llamar mercenarios, aunque se trata de ejércitos ‘oficiales’, a las tropas de los estados subiditos al imperialismo de Bush que van a reforzar las tropas de ocupación en Iraq?

PD Lista de las empresas mercenarias que trabajaron en Colombia durante del 2002 con fondos del Plan Colombia.

Lista de estados que ratificaron el Convenio::
Arabia Saudita, Azerbaiyán, Barbados, Belarús, Bélgica, Camerún, Chipre, Costa Rica, Croacia, Georgia, Guinea, Italia, Jamahiriya Árabe Libia, Maldivas, Malí, Mauritania, Nueva Zelandia, Qatar, Senegal, Seychelles, Suriname, Togo, Turkmenistán, Ucrania, Uruguay y Uzbekistán.

Otros nueve Estados han firmado la Convención, pero aún no la han ratificado. Estos son: Alemania, Angola, Congo, Marruecos, Nigeria, Polonia, República Democrática del Congo, Rumania y Serbia y Montenegro.