El G8 apoya al terrorismo estatal.

Hendrik Vaneeckhaute

Mayo 2003

Los ministros de Relaciones Exteriores del G-8 (Alemania, China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia) acaban de expresar su apoyo "a la acción del presidente Álvaro Uribe y del gobierno colombiano en favor del fortalecimiento de la autoridad del Estado".

 

Con esta declaración muestran su más profundo desprestigio para las NNUU y su Comisión de Derechos Humanos, que no deja de condenar al gobierno Colombiano por la colaboración permanente de sus fuerzas armadas con los grupos paramilitares. Apenas un mes antes, el Alto Comisionado para los Derechos Humanos presentó su informe sobre Colombia. En ello se puede leer por ejemplo: “El paramilitarismo siguió siendo un factor desestabilizador del Estado de derecho, en particular por los vínculos que con él mantienen servidores públicos y por la inconsistente respuesta estatal a este fenómeno.  (...)  El control paramilitar es más fuerte en los cascos urbanos, donde es mayor la presencia de la fuerza pública y de las autoridades, lo que no deja de ser un elemento significativo en las denuncias de connivencia de servidores públicos con el paramilitarismo.”

 

La declaración de apoyo a la política del presidente colombiano, deja en papel mojado cualquier intento de presionar al gobierno colombiano a que respete los DDHH. Da vía libre a más guerra sucia combinado con más política de liberalización y privatización.

 

Un ejemplo de la política del presidente Uribe eran las “Zonas de Rehabilitación”[1] en las cuales las fuerzas militares disponían de amplias facilidades para violar los DDHH de forma impune y en las cuales el paramilitarismo aumentó rápidamente. Una de las medidas era la restricción de la presencia de extranjeros, con la cual se querría evitar testigos molestos.

 

La declaración de apoyo al ‘fortalecimiento de la autoridad del estado’ por parte del G8 también es una muestra de desprestigio hacia los miles de defensores de derechos humanos, líderes sociales y sindicalistas que cada día intentan luchar por la defensa de unos derechos mínimos, en medio de amenazas y asesinatos. Igualmente es un insulto para las decenas de miles de personas que a través de AI, HRW y otros organismos internacionales de DDHH intentan presionar al gobierno colombiano para que muestre un mínimo de respeto para los Derechos Humanos. Como lo es también para las decenas de acompañantes internacionales (como por ejemplo de PBI) que intentan proteger a los defensores de Derechos Humanos colombianos con el peso de su propia vida.

 

Otro ejemplo más de la ‘autoridad’ que apoya el G8, es la última propuesta del presidente Uribe de otorgar poderes de policía judicial a las fuerzas armadas de Colombia. Ya ha sido aprobada por el parlamento colombiano la propuesta de reforma de la Constitución. Según AI, "esta medida tendrá un impacto catastrófico sobre los derechos humanos. Permitirá que las fuerzas armadas realicen allanamientos y escuchas telefónicas y que practiquen detenciones sin autoridad judicial, basadas únicamente en acusaciones militares en lugar de en pruebas recogidas durante investigaciones judiciales independientes e imparciales llevadas a cabo por autoridades civiles".

 

Y finalmente, la declaración del G8 también es una muestra de desprestigio total hacia los miles de víctimas. Los más de 150 sindicalistas asesinados, las más de 3.000 personas asesinadas por razones políticas o sociales y los más de 300.000 personas desplazadas en el año 2002.

 

A pesar de que los militares colombianos, con su apoya a y colaboración con los paramilitares, son unos de los mayores violadores de los Derechos Humanos en el mundo, Gran Bretaña quiere convocar una conferencia internacional para buscar apoyo militar para Colombia. Y el 25 de febrero el Estado Español firmó un convenio de cooperación militar con Colombia.

 

La declaración de apoyo a la política de represión del gobierno colombiano por parte del G8, se hizo al termino de una reunión de dos días en París, en la que evaluaron la lucha contra el ... terrorismo. No es posible un mayor cinismo.

 

Es sólo otra razón más para expresar nuestro rechazo a estos ‘Señores de la Guerra contra la Humanidad’ que se creen los dueños del planeta y se reunirán este fin de semana en Evian, Francia.

 

 



[1] Declaradas ilegales por la Corte Constitucional después de haber estado vigente durante un tiempo largo.